Durante mis años en el superior, trabajé con Júlia Gállego el soporte y continuidad del aire y la homogeneidad de los registros. Una de las bases de la técnica era la dirección del aire: siempre hacia abajo.
Este tema era bastante chocante al principio. Estábamos acostumbrados a tocar la flauta cambiando de ángulo para cada registro y, de golpe, se nos dice que eso se tiene que evitar y se tiene que suplir con cambios de velocidad de aire. El hecho de no cambiar el ángulo en el que soplamos nos da un punto interesantísimo: todos los registros pueden sonar con un timbre muy parecido. Hasta entonces, al menos yo, no había tenido dificultades en los registros medio y agudo pero, en cambio, para que el grave sonase tenía que apretar muchísimo. Si no apretaba, sonaba muy flojo, muy débil.
Al pasar el actor principal (el labio) a un papel más secundario y darle muchísimo más protagonismo al actor secundario (el soporte), todo era mucho más fácil. El sonido era mucho más flexible y los "esfuerzos" para pasar de una octava a la otra eran mucho menores, como si cantásemos. La apertura de la garganta y la velocidad del aire son herramientas indispensables para ello.
Aún así, si nos paramos a pensar en qué pasa realmente con el ángulo del aire cuando le damos más velocidad... vemos que éste tiene que cambiar por fuerza. Si a una botella de plástico, le hacemos un agujerito en el lateral, saldrá un chorrito con un ángulo. Si le damos más velocidad al agua (apretando la botella con los dedos) veremos que el ángulo también cambia. La parte importante de todo esto, por eso, es que nosotros no cambiamos el ángulo, sino que el ángulo cambia debido al cambio de velocidad.
Luego, obviamente, hay gente que toca cambiando el ángulo del aire. No hay una única y verdadera forma de tocar la flauta. Al fin y al cabo, lo que importa, es lo que suena y no el qué hace uno para que suene así o asá.
El sonido es la parte fundamental de nuestro oficio y tenemos que cuidarlo y ser muy celosos de él. Importa el principio, el centro y el final... y hay quien descuida el principio y/o el final. Somos muchos los que hemos tenido problemas para tocar una nota grave, sin ataque, sin que suene primero un whistle tone... Somos muchos los que hemos tenido problemas para hacer diminuendos sin que nos suene un whistle tone justo antes de que el sonido desaparezca... Y tenemos que trabajar para que esto no ocurra, tanto si cambiamos la dirección del aire como si no.
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