Si queréis, podéis hacer una pequeña comprobación mientras leéis estas líneas. Levantad un poco un brazo, no hace falta que sea mucho... Partiendo de una posición relajada de la mano, cerradla en forma de puño y fijaos en la parte interior del antebrazo (la que no tiene pelos, vamos...). ¿Notáis el movimiento? Ahora, probad de hacer el mismo ejercicio pero, esta vez, levantando los dedos. El movimiento de los tendones es por la parte exterior del brazo. Si alguna vez habéis tenido algún problema de dolores (un poco de tendinitis... no hace falta haber estado lesionado), seguramente reconoceréis esa sensación en el segundo ejercicio.
A parte de esto, muchas veces movemos los dedos desde el brazo. Es un clásico hacerlo cuando se trata de mover los dedos anular y meñique de la mano derecha... Suelen moverse inclinando el brazo hacia la derecha en vez de mover el dedo con la musculatura de la mano.
Como siempre, la manera de solucionar estos problemas es estudiando lento y concentrándose mucho.
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