viernes, 26 de octubre de 2012

Soplar. Aguantar a Pepito en la pared.


Uno de los problemas que podemos encontrar en nuestros alumnos es que no soplen. Bueno, que no soplen... que no soplen lo suficiente. Es absolutamente normal que empiecen a coger hábitos extraños para hacer sonar el instrumento... Cada caso es un mundo, pero un problema muy común es que hacen una presión brutal con los labios y casi no sacan aire. Les suena la flauta, pero con un sonido muy pequeño.

Una manera de mejorar este punto es coger un papelito, ponerlo en contacto con la pared y aguantarlo soplándole encima. Podéis dibujarle alguna cosita... Yo dibujo un niño con el pelo rizado y le llamamos Pepito. Una vez hayan conseguido aguantarlo con el soplido, dadle la flauta a vuestro alumno y, mientras vosotros aguantáis a Pepito en la pared, decidle a vuestros alumnos que hagan una nota larga y que piensen que están soplando a Pepito... que se olviden de la flauta.


El resultado es bastante impresionante, si se hace bien, claro... En el caso de que el alumno, al ponerse la flauta, vuelva a soplar como antes (con presión de labio, con poca cantidad), deberíamos volver al paso anterior: soplar a Pepito. No sirve de gran cosa que le demos un discurso sobre cómo tiene que soplar... Es mucho mejor que le busquemos ejercicios en los que él bufe de la manera que a nosotros nos interesa para que lo pueda adaptar a la técnica de la flauta.


¡Espero haberme sabido explicar! Cualquier duda... ¡comentad!

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