viernes, 21 de marzo de 2014

Continuidad del aire

Uno de los problemas que tenemos los flautistas es el del efecto globo. Este efecto es el que le ocurre a un globo cuando lo inflamos y lo soltamos. A parte de salir disparado volando por la habitación, lo que le pasa es que en un principio suelta mucho aire y luego cada vez menos hasta llegar a un punto en el que ya no sale más. Es decir, tenemos un "diminuendo" de la cantidad de aire.

La solución a este asunto es lo que llamamos "soporte" de diafragma. Para trabajar este aspecto existen diferentes ejercicios y hoy os propondré uno de ellos. Como cualquier tema de técnico, hay que trabajarlo con ejercicios que no presenten muchas dificultades y que nos permitan centrar nuestra atención en lo que queremos trabajar.


Yo propongo trabajar este ejercicio de sonido con el primer ejercicio del Sonorité de Moyse (la bajada por semi-tonos). Mientras lo hagamos, tenemos que imaginarnos que, soplando, tenemos que mover una canica que cada vez está más lejos. Si cada vez está más lejos, tendremos que hacer un "crescendo" con nuestro aire. Este crescendo vamos a utilizarlo para compensar el efecto globo, nunca para cambiar la dinámica. De hecho, el ejercicio debería sonar siempre en el mismo rango dinámico.


Si cada vez tenemos menos aire en los pulmones, debemos compensarlo con soporte y esto, al fin y al cabo, es lo que llamamos la "continuidad del aire".

domingo, 16 de marzo de 2014

Vuelve... ¡Enfocando el Sonido!

La segunda edición del Curso Enfocando el Sonido será del 21 al 26 de Julio en Barcelona. Podéis encontrar toda la información en el apartado correspondiente en el menú de esta página.


martes, 11 de febrero de 2014

La embocadura perfecta

El flautista vive obsesionado con su sonido y puede llegar a culpar a sus labios de todos los males de los que sufre. "Es que tengo los labios demasiado gruesos...", "es que tengo los labios cortados del frío que hace...", "es que tengo una embocadura espantosa...". Y la verdad es que si miramos los flautistas de primer nivel veremos que tienen todos labios diferentes y embocaduras diferentes...

Cada maestrillo tiene su librillo, y cada flautista tiene su embocadura. ¿La embocadura perfecta? No existe. Lo que es realmente importante es fijarse en cómo suena el instrumento... Hay cantidad de aspectos técnicos en la flauta que se centran en lo que pasa dentro del cuerpo mientras soplamos y creo que vale la pena fijarse en éstos y no en los labios. Al fin y al cabo, los labios sirven para enfocar hacia dónde soplamos.

A mis alumnos muchas veces les digo que tienen que fijarse menos en lo que están haciendo ellos y más en lo que hace el aire, pues quien hace sonar la flauta no somos nosotros con los labios, ni con la garganta ni con la boca, ni con la lengua... Quien hace sonar la flauta es el aire. Por lo tanto, siempre que encontremos algún problema de sonido deberemos preguntarnos qué es lo que le pasa al aire.

¡Probad cosas! Soplad hacia arriba, hacia abajo... Con más apertura de boca, con menos... Con más velocidad de aire, con menos... Cambiando cantidades... Si queréis, incluso podéis probar de tocar haciendo la vertical. Pero no culpéis a vuestros labios. Eso sólo os conducirá a la frustración, ya que vuestros labios no se pueden cambiar.




viernes, 17 de enero de 2014

AFE 2014

Os recordamos que Mirjam Plas y un servidor estaremos en la Convención de la AFE en Sevilla dando el curso "Enfocando el Sonido". Daremos clases el sábado 26 y el domingo 27 de Abril.

¡La información la tenéis en este cartel!



lunes, 6 de enero de 2014

Con el sonido... sentido común

De los cinco sentidos, en la música, el más importante debe de ser el oído. Debería ser nuestra guía para saber si lo que estamos haciendo va por buen camino o no. Él nos dice si la afinación es buena, o no;  si el sonido es el que buscamos, o no; si vamos juntos con quienes tocamos, o no... Debería ser nuestro sentido común, pero muchas veces lo olvidamos. Nos centramos en las indicaciones que nos dan y nos apuntan en la partitura (aquí corres, aquí vas retrasas, aquí desafinas) y centramos nuestro trabajo en lo que nos han dicho y no en lo que oímos, en lo que sentimos. La música es un arte que, para el intérprete, ocurre en el ahora; y nuestra capacidad de reacción es algo importantísimo para corregir los posibles problemas que surjan en nuestro trabajo. Y es por ese motivo que tenemos que trabajar el oído en nuestro estudio, aprender a ser críticos con nosotros mismos para ser capaces de mejorar lo que estamos haciendo en el acto.

Aquí es donde entra la técnica. La técnica es una herramienta muy importante que nos debe permitir hacer lo que queremos hacer de la mejor manera. Es una herramienta, no un fin. Es por ello que siempre tenemos que compararla con lo que nos dice el oído, nuestro sentido común.

La técnica debemos hacerla nuestra y esto necesita tiempo. Pero tiempo de calidad y buena repetición y con sentido común. Tenemos que escucharnos muy bien y probar pequeños cambios en nuestro cuerpo para que, como dice el gran Antonio Pérez en su Brico Flauta, el cerebro cree imágenes mentales que nos ayuden a asimilar lo que practicamos. Estas imágenes mentales no tienen por qué coincidir con la realidad. Esto se ve con el gran tópico flautístico de "sopla desde la barriga", cuando todo el mundo sabe que el aire sale de los pulmones. Yo, por ejemplo, no pienso en esto de la barriga, me centro más en lo que hace el aire que en lo que hace mi cuerpo (pero esto puede que no sirva a todo el mundo).

Aquí, la parte más importante es que cada uno siga las indicaciones de su profesor escuchándose bien para luego poder crear su imagen mental, su idea. Hay que escucharse. Hay que estarse tiempo, si hace falta, tocando una nota y probar cosas, hacer cambios en el cuerpo en la línea que nos dicen hasta conseguir el sonido que queremos. No hay que conformarse con lo que sabemos hacer, hay que conseguir lo que queremos.