De los cinco sentidos, en la música, el más importante debe de ser el oído. Debería ser nuestra guía para saber si lo que estamos haciendo va por buen camino o no. Él nos dice si la afinación es buena, o no; si el sonido es el que buscamos, o no; si vamos juntos con quienes tocamos, o no... Debería ser nuestro sentido común, pero muchas veces lo olvidamos. Nos centramos en las indicaciones que nos dan y nos apuntan en la partitura (aquí corres, aquí vas retrasas, aquí desafinas) y centramos nuestro trabajo en lo que nos han dicho y no en lo que oímos, en lo que sentimos. La música es un arte que, para el intérprete, ocurre en el ahora; y nuestra capacidad de reacción es algo importantísimo para corregir los posibles problemas que surjan en nuestro trabajo. Y es por ese motivo que tenemos que trabajar el oído en nuestro estudio, aprender a ser críticos con nosotros mismos para ser capaces de mejorar lo que estamos haciendo en el acto.
Aquí es donde entra la técnica. La técnica es una herramienta muy importante que nos debe permitir hacer lo que queremos hacer de la mejor manera. Es una herramienta, no un fin. Es por ello que siempre tenemos que compararla con lo que nos dice el oído, nuestro sentido común.
La técnica debemos hacerla nuestra y esto necesita tiempo. Pero tiempo de calidad y buena repetición y con sentido común. Tenemos que escucharnos muy bien y probar pequeños cambios en nuestro cuerpo para que, como dice el gran Antonio Pérez en su Brico Flauta, el cerebro cree imágenes mentales que nos ayuden a asimilar lo que practicamos. Estas imágenes mentales no tienen por qué coincidir con la realidad. Esto se ve con el gran tópico flautístico de "sopla desde la barriga", cuando todo el mundo sabe que el aire sale de los pulmones. Yo, por ejemplo, no pienso en esto de la barriga, me centro más en lo que hace el aire que en lo que hace mi cuerpo (pero esto puede que no sirva a todo el mundo).
Aquí, la parte más importante es que cada uno siga las indicaciones de su profesor escuchándose bien para luego poder crear su imagen mental, su idea. Hay que escucharse. Hay que estarse tiempo, si hace falta, tocando una nota y probar cosas, hacer cambios en el cuerpo en la línea que nos dicen hasta conseguir el sonido que queremos. No hay que conformarse con lo que sabemos hacer, hay que conseguir lo que queremos.
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